miércoles, diciembre 21, 2005

Hasta aquí he llegado

Los últimos días han sido unos días intensos... intensos de reflexión, intensos de sentimiento. Mi vida anda revuelta. No sé a dónde voy, no sé lo que siento. ¡Con decir que dónde más a gusto me encuentro es currando en el proyecto! Todos tenemos problemas, lo sé, y lo lamento. Pero a mí todo el mundo me viene con el cuento. Primero una versión. Luego la otra. Y decantarme, de verdad que no debo. Parece que soy de piedra, pero lo sufro en silencio, porque a nadie (salvo excepciones) contar mis problemas puedo. La impotencia de ver lo que pasa, de temer lo que puede pasar en cualquier momento y sentir que aunque parte importante de todo, sólo puedes cubrirte los ojos con una venda o mirar para otro lado, intentar no oir más de la cuenta o hablar demasiado, decir algo inoportuno que moleste a los unos o a los otros, que parezca que decantas la balanza hacia uno u otro lado. Se va acumulando la tensión, la preocupación y el cansancio...

Y como los problemas nunca vienen sólos, yo le eché un poquito más de leña al fuego. ¿Oportunidad? Ninguna. ¿Tontería? Un cerro. No diré que lo siento, puesto que de nada serviría... el mal ya está hecho. Además, para qué engañarnos, no sería cierto. Dije lo que dije, y como tal lo siento. Lo inoportuno fueron las palabras, el tono y el momento. Cosas que no piensas... tan sólo lo justo para juntar las palabras... y que pasado el calentón del momento, pierden todo sentido, acomodo y asiento. Y quien no debía pagó los platos rotos. Los suyos y los del resto. Luego entra un orgullo mal entendido, entrando al trapo de lo que se esperaba de mi mismo. Si va a ser que no, que así sea, ¿no?

Pero llega un momento en que el juego ya cansa. Ese juego en el que aguantas, aguantas y aguantas, hasta que llega un momento en el que no puedes seguir aguantando. Y estallas, por el sitio más inesperado. Mas vuelves a empezar. Pero además ahora cargas con el resultado de todo lo explotado. Mi problema quizá, ha sido no haber sabido enfrentarlos. Unos porque era mejor dejarlos. Otros porque estaba asustado. Sí, por qué no decirlo, que de valor últimamente andamos escasos. Pero la táctica de nada hacer, nada ha solucionado. Así que ha llegado el momento de hacer algo. Cambiar las cosas o por lo menos intentarlo. ¿Cómo? No lo sé. Ya encontraré la manera de hacer algo.

Gracias a todos los que hayais sido capaces de llegar hasta aquí, tragandoos esta neura mal escrita y mal rimada, pero hoy me ha salido así. Pero no os preocupeis, que todo esfuerzo tiene su recompensa: os prometo que es la última tortura a la que os someto..

Que el mundo siga girando...y que el tiempo siga pasando... porque el juego de la vida es así. Pero lo que es para (el Blog de) Willy ... el juego se termina aquí.

[Lo último que va a sonar es: Sand Storm - Darude - (7:28)]